Cumbre agraria, campesina, étnica y popular
Hace muchos años en nuestro país, no se presentaba un escenario tan colorido, alegre y lleno de esperanza, como el que presenciamos el día de hoy, en el inicio de nuestra cumbre agraria, campesina, étnica y popular.
Multitudes de banderas, todas cosidas con el hilo de la historia y la dignidad, se juntan en un solo grito de unidad, gentes de todos los colores y raíces, se sentaron juntos a discutir cual será el mejor destino para estas tierras andinas que surcan desde la guajira hasta el amazonas.
Colombia recordó nuevamente la tan añejada consigna de la convergencia unitaria obrero- campesina y ha echado andar un proceso que se convierte paso a paso, en la nueva posibilidad de construir la Colombia que queremos.
Hoy 15 de marzo del 2014, campesinos, obreros, estudiantes, negritudes e indígenas, se han reunido en el palacio de los deportes en la ciudad de Bogotá, para dar inicio a esta nueva experiencia de la lucha popular.
El sueño de Bolívar, Galán, Benkos Biohó, Manuel Quintín Lame, se hace cada vez más palpable, los colombianos de a pie, hemos acordado juntarnos bajo las consignas de la paz con justicia social, la vida digna y la asamblea nacional constituyente.
Lo que a la actualidad estamos dilucidando, no es más que indudable muestra de la agudización de la crisis del sistema capitalista imperante y la inmediata respuesta de los empobrecidos del campo y la ciudad.
La posibilidad de un nuevo paro nacional agrario y popular, no es ajena para ninguno de nosotros, por el contrario es una herramienta más de convocatoria, organización y decisión para cambiar los destinos de nuestra patria.
Muy bien lo diría Andrés gil, nuestra responsabilidad es la de forjar caminos de paz, que transformen la vida de los colombianos. Esta no es una apreciación alejada de la realidad de la cumbre agraria campesina, étnica y popular, siendo una responsabilidad conjunta la de todos nosotros la construir la paz tan anhelada que nuestro pueblo quiere.
La cumbre pues, hoy pasa a ser un escenario popular con vocación de poder; de poder desde abajo y con el pueblo, en busca de la constituyente participativa y plural, que nuestra historia constitucional llama a gritos y que el pueblo organizado e indignado reclama en UNIDAD.