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Declaración Política congreso constitutivo Juventud Rebelde.

¡Somos el sueño de Bolívar Despertando! ¡Somos la Generación de la Segunda y Definitiva Independencia!

En campos y ciudades; atravesando la agreste geografía nacional abrió senderos y trazó un proyecto. El sueño de Bolívar, una nueva patria, la del buen vivir, la emancipación y la paz con justicia social nos hizo su llamado y acudimos a él entusiasmados y entusiasmadas.

Tres años de trabajo decidido por 30 departamentos del país; 14 encuentros nacionales, 3 seminarios ideológicos nacionales, y cientos de encuentros departamentales con la certeza de avanzar, de juntar rebeldías y conspirar un nuevo amanecer para Colombia. El sueño de Bolívar tomaba cuerpo. Aquí se presenta, se levanta y cohesionado, formidable y gigante declaramos desde nuestro congreso constitutivo.

Asistimos a un momento político que en Colombia pone la rebeldía como necesidad histórica. Una evidente desaceleración económica proyecta en el horizonte peores condiciones de vida para las gentes del común, depredación del ambiente y los territorios mediante la locomotora del saqueo, la represión violenta, legal e ilegal. Un vergonzoso manejo de la política por parte de la clase dominante, llega a límites insospechados; dejando clara la descomposición del ordenamiento institucional del poder emanado de la constitución de 1991. La tendencia a crisis del régimen de dominación de clase es evidente; y este sistema criminal, cerrado, violento y explotador naufraga.

Las clases dominantes lo saben, y buscan mediante iniciativas legales acompañadas de la represión, cooptación y demás argucias reconstruir un ordenamiento político, económico y cultural caduco. A ellos les hablamos, con firmeza y beligerancia: ¡Avanzamos! ¡Somos nuevo poder, y forjaremos un nuevo Gobierno, base de un nuevo Estado! ¡Es el momento! ¡Vacilar no es una alternativa! Renace, con nuevo ímpetu y renovada fuerza el campo social y popular. Acuna en su seno la rabia contenida, convertida en convicción de reconstruir el país. Hemos hecho de la indignación fuente inagotable para templar nuestra dignidad.

Rebelde es el camino, y cómo jóvenes asistiremos a las jornadas venideras en la lucha por una Nueva Colombia, nacida desde las barriadas, veredas, canchas, camas, fábricas, universidades, cabildos y palenques. Escuchamos con orgullo las voces de una legislación popular, nacida desde abajo, que a su paso demoledor rebasa las verdades petrificadas de los señores de la guerra, la miseria y la represión.

Nos declaramos en proceso constituyente. Lo que hoy escribimos en las paredes, mañana lo escribiremos en una nueva constitución. Corren nuevos vientos, vientos de cambio y hay que mantener altas las banderas; de seguro, esas banderas serán los pilares de una nueva sociedad. Nuestro camino constituyente hará una estación en una Asamblea Nacional Constituyente, democrática, representativa de las fuerzas vivas del país, soberana y cuyo objetivo sea construir un tratado de paz con justicia social y reconciliación entre Estado, Gentes del Común e Insurgencias. Una nueva etapa de conflictividad, bajo un marco institucional realmente democrático, que salvaguarde los bienes comunes y reconstruya el sentido de lo público, forje un ordenamiento del poder que garantice una democracia directa, popular; una nueva regulación de los conflictos sociales una vez superado el uso de las armas como instrumento político de sociedad y estado en Colombia.

No renunciamos a la lucha por el poder. La superación de todas las penurias de los jóvenes del común, y el pueblo campesino, indígena, afrocolombiano y trabajador, son producto del capitalismo impuesto a boca de fusil en nuestro suelo. Por nuestra memoria de lucha, en honor a las y los perseguidos, honrando los sueños acallados de hombres y mujeres a quienes les robaron la vida, decimos: hemos perdido el miedo, pero jamás la esperanza. Ofrecemos a nuestro país, y a la juventud colombiana la Juventud Rebelde Colombia, una organización política, juvenil, de masas cuyo paso está inspirado en la construcción de una sociedad justa, humanizada y humanizante, basada en una nueva cultura, cuyo proyecto político sea la paz, la democracia directa y un nuevo Estado construido por las y los trabajadores para el disfrute colectivo de la riqueza; se trata de una sociedad Socialista. Nuestro proceso constituyente va por ancho camino, a paso de vencedores, inspirado por nuestra vocación de victoria, y no se detendrá hasta que gobernemos este país para el buen vivir de las gentes del común y la construcción del socialismo.

Somos una fuerza política; basada en la construcción desde las bases de nuestro camino, lucha y propuestas de nuevos amaneceres. Reivindicamos nuestro variopinto regional, cultural, territorial e histórico y lo conjugamos en una sola fuerza nacional; nuestra fortaleza radica en ese variopinto, nuestra voz nace de su confluencia, y nuestra organización está diseñada para que las y los jóvenes del común puedan conspirar, construir y luchar. Nuestro camino está inspirado por la voluntad de emancipación.

Anunciamos al país y la juventud, que iniciamos la construcción de nuestra propuesta política de nuevo Gobierno. Ponemos a disposición del campo social y popular nuestra plataforma para alimentarla, fortalecerla y forjar una auténtica alternativa de historia. Hoy decimos: estamos recordando el futuro, iniciamos la construcción de nuestra plataforma hacia una Colombia Nueva.

Hemos llegado. Con orgullo, las páginas de la historia de la revolución en Colombia registraran que un 9 de abril se atizó la violencia contra nuestro pueblo. Pero se escribirá también, que 67 años después el 9 de abril cambió de significado, y llenó de esperanza nuestro suelo. Este 9 de abril marca el camino hacia la nueva Colombia. La Juventud Rebelde Colombia nace, fortalecida, cohesionada y se suma con alegría a las trincheras de lucha que empiezan a avanzar hacia su objetivo final. A todo el movimiento social, popular y político transformador de nuestro país le decimos: ¡Cuenten con nosotros! ¡Tomamos nuestro lugar en medio de esta lucha! ¡Adelante compañeras y compañeros! ¡Aguante la rebeldía!

Hoy, el sueño de la solución política toma forma. Saludamos a las FARC EP, y reconocemos su compromiso por el dialogo. Igualmente, extendemos nuestro saludo al ELN, y nos sumamos a su exigencia al Gobierno Nacional de no dilatar las conversaciones. Con expectativa vemos las declaraciones del EPL, y manifestamos a todas las insurgencias nuestra voluntad de lograr un acuerdo entre Estado, Sociedad e Insurgencia para superar la confrontación armada. Fuerte preocupación nos genera la actitud estatal, ambigua cuando no contraria, hacia el proceso de conversaciones y los acuerdos logrados hasta hoy. Debe entender el Gobierno que la paz con justicia social no es un asunto discrecional suyo. La llave de la paz la tiene el pueblo, pues se trata de su futuro. Exigimos participación directa como jóvenes en el proceso de diálogos, y reiteramos la Asamblea Nacional Constituyente como escenario de refrendación de acuerdos entre insurgencias y Estado, y de construcción de un pacto para la reconciliación de Colombia, pacto que debe ir más allá de las agendas con las insurgencias e incorporar las aspiraciones, expectativas y propuestas del campo social y popular.

A la Insurgencia y el Gobierno Nacional le manifestamos nuestra vocación de paz, transformaciones y reconciliación. Proponemos un dialogo entre juventud, Insurgencia y Gobierno en la perspectiva de socializar nuestras expectativas y aportes en la construcción de los acuerdos. Dicho dialogo permanente, construido unitariamente, debe arrojar un encuentro de jóvenes forjadores de paz con justicia social y las mesas de conversaciones.

Exigimos gestos de paz de parte del Gobierno Nacional. El Plan Nacional de Desarrollo es una evidente bofetada al país y los diálogos; se trata del paquete de reformas neoliberales más agresivo que se haya visto en el País. Preparamos nuestra resistencia y llamamos a cerrar filas para generar la más férrea oposición a este plan de despojo, miseria y pobreza para las gentes del común.

Cómo Juventud Rebelde ratificamos el cese bilateral al fuego y hostilidades como necesidad inmediata. El país debe aclimatarse a la paz, y en ello, la aprobación a la iniciativa de cambio del servicio militar obligatorio por un servicio social para la paz, es lo mínimo que el Gobierno debe ofrecer a la juventud. Se trata de un primer paso hacia la desmilitarización de la vida social y juvenil, y un primer hecho hacia una nueva doctrina militar y policial en Colombia. Reclamamos claridades al ejército nacional sobre los cuerpos de cientos de jóvenes muertos en combates para ofrecer una sepultura y dignidad a sus restos. El Cese bilateral debe acompañarse de la suspensión de agresiones por parte de la fuerza pública hacia las gentes del común. En consecuencia, llamamos a la juventud en Colombia a construir un mecanismo de coordinación nacional para incorporarnos a la veeduría al cese unilateral al fuego, y exigir la implementación inmediata del cese bilateral. Proponemos que esa veeduría haga control de acciones militares ofensivas de las partes entre sí, y hacia la juventud en particular: batidas ilegales, falsos positivos, detenciones arbitrarias y montajes judiciales en contra de dirigentes populares.

La lucha por la paz con justicia social exige la más amplia unidad del campo social y popular. Hoy la unidad como principio es determinante para nuestra victoria. Saludamos al Frente Amplio por la Paz con Justicia Social y la Democracia; a la Cumbre Agraria, Campesina, Étnica y Popular, y manifestamos nuestra disposición de aportar a la construcción de una alternativa política para el país. Llamamos a todas las fuerzas, organizaciones, parches, combos juveniles a juntar rebeldías en un Movimiento Juvenil por la el Derecho a ser Joven y la Paz con Justicia Social. Debemos unir nuestras trayectorias de lucha, pues la bandera de la paz debemos tejerla, darle color, y agitarla colectivamente para que la mirada juvenil sea garantía presente de un digno futuro. A todos los procesos juveniles de nuestra patria, nuestro más sincero reconocimiento y admiración por su trabajo. ¡Cuenten con la Juventud Rebelde! ¡Llegamos a sumar esperanzas! ¡A Juntar Rebeldías!

Con camaradería y compañerismo hacemos público nuestro compromiso con las constituyentes por la paz con justicia social como procesos de pedagogía y legislación popular, necesarios instrumentos para alimentar la dinámica constituyente que está aflorando en la Colombia Profunda. A nuestra Marcha Patriótica la más profunda admiración; estamos en deuda con los aprendizajes recibidos en su seno; nos sumamos entusiastas a este camino hacia la Segunda y Definitiva Independencia. La Juventud Rebelde dice, con firmeza: ¡Hemos puesto en marcha nuestro corazón!

A todos los que luchan por una nueva sociedad; a quienes trazan en el frío cemento el color de las calles del futuro; a la juventud creadora, de arte, de cultura, de riqueza y de historia. A quienes reivindican su cuerpo como territorio de liberación y luchan por la superación de las arbitrarias barreras de género construyendo nuevas formas de sentir, amar y desarrollar la vida cotidiana; a quienes labran el futuro, riegan la esperanza y cuidan sus territorios tanto como sus sueños. A todos esos territorios, a todas esas barricadas, a toda esa juventud le decimos: somos rebeldes porque creemos en las y los jóvenes del común; porque no dudamos en que tenemos la fuerza, la voluntad y el ánimo suficiente para construir una nueva patria. Con todas y todos, de seguro, haremos posible lo necesario: una nueva Patria. Sabemos que el hambre, la miseria, la persecución al pensamiento crítico, las agresiones a quién disiente, la militarización de la vida juvenil son males evitables. Ha pasado ya suficiente tiempo, la clase política tradicional ha demostrado su incapacidad por ofrecer una vida digna en esta tierra; es hora de echar a andar, y de redimir la memoria de lucha de este pueblo trabajador, negado, y explotado.

A los enemigos del pueblo les decimos: Hemos emprendido el camino de la rebeldía; hemos trazado la ruta a la Colombia Feliz. La paz con justicia social no tiene reversa, y a empujarla hemos llegado. No tememos a la muerte, pues estamos sembrando la vida nueva; confiamos en nuestras convicciones y las haremos certezas de una nueva etapa de la historia; la victoria popular y rebelde está cerca, ya la oímos, la cantamos y la caminamos. Ha llegado la hora de anteponer a las mentiras del régimen las verdades nacidas de las barricadas de la esperanza. Ha llegado la hora ¡sí! No hay que vacilar, hay que dar un paso adelante pues somos el sueño de Bolívar Despertando.

Todas y todos quienes creen en la inexorable capacidad del pueblo organizado para construir un nuevo tiempo y espacio. Toda la capacidad creadora, todo el color del ímpetu juvenil converge y las paredes gritan rebeldía. Estamos al frente, y cada paso que damos es un parte de victoria de la revuelta popular. Llegan tiempos nuevos, los pueblos se redimen, los negados se levantan. Damos al sueño de Bolívar despertando un cuerpo, una voz y un proyecto político. Con orgullo decimos, que a diario demostraremos que está es la generación de la segunda y definitiva independencia. ¡Adelante camaradas! Lo que sigue es la historia que estamos escribiendo, ninguna página quedará en blanco; al contrario, todas serán llenas de color por los jóvenes del común que hemos tomado el camino de la rebeldía.

Somos la Juventud Rebelde, somos el sueño de Bolívar Despertando. Somos la Generación de la Segunda y Definitiva Independencia. Somos Juventud que Lucha; rebelde es el camino, Bolívar nuestro ejemplo, y vencer… nuestro destino.

¡Nace la Juventud Rebelde! ¡Acá llegamos a dar por la vida, hasta la vida misma!

Bogotá, 9 de abril de 2015


Noticiero Barrio Adentro
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