1ro de mayo. UPP por campos y ciudades, por la Colombia Nueva
Hoy es un día de recuerdo, de memoria activa, de homenajear a mujeres y hombres que luchan a lo largo y ancho por una vida digna, quienes luchan por la alegría. Es un día para decirle a esos que vilmente extraen sus ganancias del sudor e incluso de la sangre de otros, que no olvidamos, no olvidamos la sangre que derramaron los trabajadores de la United Fruit Company, las tortuosas detenciones que sufrieron líderes como María Cano, Raúl Eduardo Mahecha, Ignacio Torres Giraldo, no olvidamos el exterminio de la Unión Patriótica, los magnicidios de Luis Carlos Galán, Carlos Pizarro y Jaime Pardo Leal, entre otros. Tampoco olvidamos que mantener esas ostentosas riquezas ha llevado a miles de ejecuciones extrajudiciales, a que los niños wayuu se mueran por el abandono estatal mientras la Drumond como otras empresas saqueadoras gozan de impunidad en complicidad con el gobierno.
No olvidamos y aquí estamos, aunque despedacen cuerpos no destrozan nuestra esperanza, creyeron hacerlo cuando despedazaron a Galán y el movimiento Comunero, creyeron hacerlo con sus chulavitas y aún creen hacerlo con sus paramilitares, pero no, aquí estamos; insistiendo, tomando y dando clases de Dignidad en la calle, en el Aula, en la Vereda, en el barrio, en el lugar de trabajo, lo mostraron los estudiantes con sus movilizaciones, lo ratificaron los campesinos con los paros, lo reafirman hoy los maestros; profesores y profesoras que educan para ser humanos, una educación para pensar y salir de la “cultura del silencio” que nos han impuesto.
Estos hechos nos llevan a refrendar que el pueblo debe ser gobierno, pero para ello debemos abandonar los sectarismos, como diría Camilo Torres Restrepo: Insistir en lo que nos une, prescindir de lo que nos divide. Debemos unir esfuerzos trabajadores precarizados, vendedores “informales”, pequeños tenderos y comerciantes, madres comunitarias, la población desplazada, los grupos juveniles, campesinos, pequeños mineros, objetores de conciencia, ambientalistas, animalistas, profesores, trabajadores de la medicina, profesionales con sensibilidad social, etc., es decir, todos los sectores populares, los que llevamos del bulto en esta ambición de unos cuantos por perpetuar la guerra para mantener excluidos de sus derechos a la mayoría de la población colombiana.
Mientras que las empresas de comunicación, el gobierno y los usurpadores de la tierra atizan la guerra nosotros buscamos que se generen condiciones de Justicia Social; Empleo digno, Educación gratuita y de Calidad, Salud como derecho y no como Mercancía, Respeto a la Diversidad, Pensiones que generen tranquilidad, en fin que se garanticen las mínimas condiciones de vida digna, para ello proponemos reactivar el Poder Constituyente, reactivar esa fuerza que tenemos como pueblo, ya que el esfuerzo plasmado en la constitución del 91 ha sido violentado con múltiples reformas para el beneficio de los mismos politiqueros de siempre. Ante la cárcel, el destierro y la muerte que imponen los que aun ostentan el poder anteponemos esta férrea Esperanza de libertad de los pueblos, de reencuentro y reconciliación, de la vida por encima de todo.
Hoy, el día de las y los trabajadores no descansamos, hoy con la cabeza en alto como lo han hecho en estos días los maestros ante un gobierno ridículo, acentuamos nuestro compromiso por construir una sociedad justa, por una sociedad que no acepte la humillación, la exclusión, la desigualdad y la inequidad como algo natural, sino porque reconozca que tenemos las capacidades y los recursos necesarios para dar desde los territorios el rumbo que el barrio, la ciudad y el país necesita.
¡Somos los hijos e hijas de los obreros que no asesinaste!
¡Somos, las manos y las piedras de los que no doblegaste!
¡Somos la Unidad de Procesos Populares!