16 de mayo, 1984. 31 años de una masacre.
- Noticiero Barrio Adentro UN
- 17 may 2015
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El conflicto político, social y armado colombiano recrudecía cada vez más. Al problema de la guerra entre insurgencias y el Estado se le sumaban cada vez más grupos paramilitares, formados desde las élites, los narcótráficantes y miembros del establecimiento. Cada vez tenían más fuerza estos grupos, como el MAS (Muerte A Secuestradores); el auge del narcotráfico penetraba el conflicto armado, la política y la cultura. Colombia se encontraba en plena vigencia de un Estado de sitio. A la vez Presidente Belisario Betancur se mostraba como un presidente conciliador -en marzo de ese año se habían firmado los acuerdos de paz de La Uribe-, al igual que Fernando Sánchez Torres, rector de la institución, quien decía buscar la solución a los problemas por la vía del diálogo..
El contexto nacional no puede verse aislado del resto del continente nuestroamericano. EEUU en su ofensiva anticomunista, antirrevolucionaria por el mundo, por Nuestra América, desde la Patagonía hasta Tijuana habían medidas como el Plan LASO, la Operación Cóndor y/o la implementación del neoliberalismo, apoyando, patrocinando y entrenando dictadores, paramilitares y todo lo que combatiera lo que les oliera a pro-soviético. En 1973 pusieron a Pinochet, en Chile, pero para la década de los 80's ya se pensaban la transición a democracias electorales, donde el mercado estuviera por encima de los seres humanos, donde los derechos individuales estuvieran por encima de los colectivos, al mando de Reagan en EEUU y Tatcher en el Reino Unido.
Es preciso entender esto para entender a la Universidad Nacional de Colombia, una 'Colombia pequeña', donde se encontraban estudiantes de todas las partes del país. Un país que excluía -y excluye- a los más humildes de la educación, y para muchos el UN era -y es- la única oportunidad. Una época de una universidad combulsionada, donde los estudiantes asumían el papel transformador de la sociedad, donde estaban dispuestos a dejar la vida por la educación para el pueblo, pero también por el cambio social que el país sigue necesitando.
Lamentablemente, también reflejaba el fenómeno del paramilitarismo, el auge del narcotráfico que azotaba el país, y el proceso neoliberal en el continente. Estudiantes y profesores eran asesinados y perseguidos por su labor política y social, además de la estigmatización por parte de las élites económicas políticas.
Luchadores por el bienestar, contra la administración y la antidemocracia que no reconocía el co-gobierno legítimo en la universidad fueron asesinados, como sucedió con Alberto Alava, Hugo López, Francisco García y Yesid González, 'Chucho' León Patiño y desaparecidos como los hermanos Sanjuán y los hermanos Villamizar.
Chucho León Patiño, estudiante de Odontología y líder estudiantil en la luchas por el bienestar y la educación pública fue desaparecido el 9 de mayo en Cali y encontrado el 10 de mayo en cercanías a la Universidad del Valle, su cadáver presentaba evidentes y demasiados signos de tortura, disparos mortales y de gracia. El profesor Alava asesinado en la puerta de su casa, ayudó en la lucha por la recuperación de las residencias estudiantiles en Gorgona -hoy unidad administrativa-, desalojadas y retomadas varias veces, la última en 1982. Las residencias significaban la única oportunidad para varios estudiantes de las regiones que no tenían cómo pagar costosos arriendos en la capital y a veces les tocaba vivir debajo de los puentes aledaños al campus universitario.
El 5to piso del edificio Uriel Gutiérrez estaba en poder del microtráfico y de gente ajena a la comunidad universitaria; de la mano del microtráfico también vinieron los informantes, los policías, lo militares, infiltrados; los 'TIRAS'.
El Gobierno Nacional y las directivas universitarias usaban el microtráfico como pretexto para el desalojo, también argumentaban que se debía a los grupos insurgentes con militantes en la universidad, y consecuente con el discurso neoliberal, decían sin ruborizarse, que las residencias eran una política paternalista del Estado, gastos innecesarios, impulsando un espíritu "emprendedor" en los estudiantes. No sólo con las residencias, también con la cafetería donde se alimentaban, las salidas de campo y las instituciones que estaban a cargo de la Universidad.
16 de mayo
La Plaza Che estaba llena de carteles, poemas, consignas, etc., en conmemoración al asesinato del compañero Chucho León Patiño. La comunidad estaba dolida por la persecución, en los últimos años se habían encarcelado a 200 personas entre estudiantes, profesores y trabajadores de la Universidad, se habían asesinado y desaparecido sistemáticamente otros mucho más. El asesinato y tortura de León Patiño había rebasado la copa.

Al medio día estudiantes tomaron y metieron un bus a la plaza, lo quemaron, la protesta también era también contra el TSS y el IVA. Luego, policías en la entrada de la 26 empezaron a disparar a estudiantes que se encontraban cogiendo un bus, desde adentro de la universidad se "repondió" con disparos, se desató el tropel y quienes habían disparado desde la universidad se quitaron las capuchas y empezaron a dispararle a los estudiantes, se hicieron junto a sus compañeros policías.
Con el enfrentamiento los policías intentaban entrar a la universidad, se buscaba ocuparla, desalojarla, militarizar el campus y sus residencias. Los diparos iban y venían, los estudiantes, profesores y trabajadores respondían con piedras, molotovs, 'petos' y 'papas' -se dice que hasta un miple-. Según testimonios ese día eran más de 2000 en primera línea, defendían lo único que tenían, su futuro, el de su familia y el de su país: la universidad PÚBLICA. Al lado de la policía se seguían sumando supuestos estudiantes.
Caían compañeros, uno tras otro en la 26. Sus cuerpos eran arrastrados por los policías, miembros del GOES y tiras, a muchos se les puso capuchas del M-19 y el ELN, 'falsos positivos' para justificar -en realidad nada lo hace- sus acciones terroristas. Los represores se enfrentaban a quienes defendían, con dolor y con rabia, la universidad.
Estudiantes que intentaban salir por la calle 45, la calle 47, la calle 53 y otras puertas del campus, fueron requisados uno por uno, golpeados y otros asesinados. A media tarde los miembros de represión estatal lograron entrar al campus en motos, uno adelante y otro atrás con fusil en mano. Testigos cuentan que arrastraban a los estudiantes hasta asesinarlos, otros fueron arrinconados en las facultades y los árboles, fueron asesinados con disparos a quemarropa, o pasaban las motos por encima de su humanidad. Rompiendo y disparando a las facultades, a todas menos al edificio de Química, allí no podían porque los estudiantes y profesores, en defensa tenían listos los químicos.
Al final de la confrontación estraron volquetas y tanquetas, en ellas se echaban los cadáveres y los heridos.
Los estudiantes detenidos redactaron un documento en denuncia por la masacre, la represión, la estigmatización y la tortura a la que fueron sometidos varios días en poder de la policía, hicieron un llamado a decir la verdad, pues las cifras oficiales reportaban nada más 60 detenidos, eran mucho más, unos no aparecían, otros no aparecieron y otros... 31 años después no se sabe.
La universidad fue tomada en su totalidad por las fuerzas represivas, los charcos de sangre, los casquillos de bala fueron borrados y recogidos. La prensa no dio un reporte confiable de la situación, intentó y logró casi que invisibilizarlo, reduciéndolo a una protesta de guerrilleros sin razón política. Fue cerrada y sus actividades fueron suspendidas, por más de un año.

Después...
Al volver los estudiantes, profesores y trabajadores se encontraron con una universidad diferente, que ya se perfilaba a ser universidad privada. Un campus de paredes blancas, silenciosas. La cafetería convertida en gimnasio, las residencias de Gorgona, ahora la unidad administrativa. Un nuevo rector, autoritario, represor y servil a los intereses del Gobierno, del BM, el FMI y la OMC; el historiador Marco Palacios.
Sin bienestar, las condiciones de vida que brindaba la universidad para poder desarrollar las capacidades académicas para Colombia al máximo habían desaparecido. Las residencias, la comida, la salud, todo convertido en crédito-beca.
Desaparecieron las 'colonias', la gente de las regiones ya no podía estudiar y culminar su carrera en la Universidad igual que antes. Cada vez más estudiantes de Bogotá y menos de las provincias. Muchos estudiantes de afuera de la ciudad no pudieron volver, o nunca aparecieron.
Las medidas, políticas y reformas de privatización no terminaron ahí. La universidad empezó a subirle el precios a las matrículas, siendo cada vez más excluyente. La tercerización laboral de profesores y trabajadores en aumento. La contratación de servicios a la universidad y la misma como prestadora de servicios a privados para poder sostenerse.
Conclusiones
La Universidad Pública y Nacional no se reduce a ser propiedad del Estado. Es una universidad abierta a las ideas, a la crítica. Consciente de la responsabilidad de ser la conciencia crítica de la nación y aportar científica, académica y socialmente al desarrollo de Colombia, de sus particularidades, sus regiones, sus recursos, su sociedad. No un desarrollo de país en función del mercado.
La privatización no es sólo en el recorte de recursos por parte del Estado, también es en las lógicas que se imprimen en la universidad. Las formas de crédito-beca, los recortes al bienestar, la tercerización laboral, las reformas académicas, el sistema de créditos, la venta de servicios a las empresas privadas corresponden a un plan para desarrollar pensamiento "racional" en el alma máter.
Las medidas de represión no solucionan nada y por el contrario reproducen las problemáticas. El microtráfico se trasladó a 'La Playita'; el fenómeno paramilitar sigue vigente, en las últimas semanas han sido amenazados decenas de miembros de la comunidad, sumados a muchos otros en los últimos 30 años, como otros que han sido asesinados.
Todo para hacer una universidad funcional a las empresas extranjeras, a la reproducción de la mano de obra y la atracción de la inversión. Para una universidad de pensamiento "racional", que venda sus servicios a las empresas, modalidad que condiciona la autonomía universitaria. Para una universidad que destituye a un profesor por ejercer la libertad de cátedra. Para una universidad donde la poca plata que hay se desaparece mientras los edificios, los programas y la academia se caen. Para una universidad cada vez más endeudada. Una universidad que busca callar el espíritu de lucha y de transformación para un nuevo país.
La universidad, como reflejo del país cuyo presidente se muestra como conciliador, de diálogo, pero responsable de ejecuciones extrajudiciales, violaciones a los DDHH y al DIH. Una universidad donde sus directivas dicen "Tenemos que hablar" con preguntas viciadas, que gasta millonadas en propaganda estigmatizante. Que quiere borrar de su espíritu la lucha y la memoria, pero que a pesar de todo, como la brasa que se enciende de las cenizas busca retomar su papel en la historia y en la construcción del país en paz con justicia social.
Por nuestros muertos ni un minuto de silencio,
toda una vida de combate.
¿Hasta cuándo? hasta siempre.
¿Hasta dónde? hasta la victoria.
Y si es necesario hasta la muerte.
Venceremos.
1- 25 años del 16 de mayo del 84. http://memoriaypalabra.blogspot.com/2009/05/25-anos-del-16-de-mayo-del-84.html
2- Universidad Nacional, tiempos turbulentos. http://www.desdeabajo.info/ediciones/item/4521-universidad-nacional-tiempos-turbulentos.html