Ciudadanos indignados, no vándalos
El día de ayer en el sur occidente de Bogotá, cientos de ciudadanos cansados de la mala calidad del servicio de Transmilenio expresada en la poca frecuencia de algunas rutas, el mal estado de los articulados y el costo del pasaje, que hace pocos días subió a $2000, decidieron bloquear las estaciones de Patio Bonito, Banderas, Portal Américas y Biblioteca El Tintal desde las 6 de la mañana, siendo esta última en la que se presentó la situación más tensa y caótica.
Los bloqueos terminaron en fuertes disturbios que finalizaron alrededor del medio día gracias a la intervención ya habitual del ESMAD, buscando acabar los bloqueos y supuestamente restablecer el servicio, dejando como resultado a más de setenta personas detenidas en la URI de Kennedy y un sinnúmero de abusos policiales, que se excedieron en el uso de la fuerza contra los manifestantes, como consta en varios medios y redes sociales. Sin embargo, las declaraciones del alcalde y de los medios de comunicación, invisibilizaron la causa de las protestas, calificando de vándalos y “agitadores profesionales” a los ciudadanos que a través de vías de hecho, exigen un servicio de transporte digno que finalmente funciona gracias a los impuestos que pagamos todos; mientras los privados tienen ganancias del 90% de lo recaudado en pasajes y quienes además desestiman la mejora del servicio que recibe la ciudadanía. Es importante entender que este sistema de transporte no podrá ser digno si no logra tener la capacidad para atender la demanda de la población bogotana, sobretodo en sectores como el sur de la ciudad. Por ello se hace necesaria la construcción de un metro a la medida de las necesidades de una ciudad como Bogotá, considerando los beneficios de una línea subterránea, que no provoque ruidos, focos de delincuencia, etc. o de lo contrario seguirá la inconformidad latente en la ciudadanía, a la que se le suman otras problemáticas que se agudizan con una administración que no tiene como prioridad la política social ni los derechos fundamentales de los bogotanos y que plantea como salida la represión a través de una fuerza policial sumamente criticada como lo es el ESMAD. Amanecerá y veremos cómo continúa el mandato de Enrique Peñalosa, que apenas en mitad de su segundo mes, ha enfrentado varios conflictos sin salir muy bien librado ante los afectados y poniendo en evidencia la forma autoritaria y antidemocrática de resolver los problemas que se presentan en la ciudad. La Poderosa Comunicaciones