Algunos aportes sobre el trabajo barrial como movimiento social.
El motivo del siguiente documento es generar una reflexión sobre cómo hemos venido desarrollando el trabajo barrial, comunitario, y de ser posible aterrizarlo a otros sectores. En este importante espacio de lucha, nos cualificamos y fortalecemos para asumir distintas tareas dentro del movimiento social y popular, legitimando y visibilizando la organización, y por tanto a quienes hacen parte de la comunidad. Los aprendizajes han sido incalculables. Aun así nos podemos preguntar: ¿estas ganancias son realmente lo que necesitamos para avanzar hacia dónde queremos?
¿Qué es Trabajo Barrial?
Como trabajo barrial entendemos la búsqueda de organizar y empoderar los habitantes de un territorio urbano, entendiendo el contexto, herramientas que tenemos al alcance, lenguaje, y sobre todo espacios de incidencia.
¿Objetivo de nuestras organizaciones barriales?
Despertar, Organizar y elevar el nivel de conciencia de la población urbana para dar la disputa por el poder (lucha de clases) en las condiciones que impone la sociedad moderna en el territorio Urbano.
Para Despertar la conciencia necesitamos conectarnos con la comunidad, construir tú a tú, dejar a un lado el planear y ejecutar desde la generalidad o subjetividad. La táctica debe cambiar, no basta con comunicar a partir de revistas, videos, murales, música o realizar actividades que nosotros como organizaciones sociales nos propongamos desarrollar. Se hace necesario que empecemos a pensar la forma de llegarle a cada sujeto del barrio, debemos buscar la forma de ser escuchados, pero sobre todo de escuchar a la comunidad y desarrollar de forma conjunta la propuesta para lograr vincular la mayor cantidad de gente en cada actividad.
Organizar los habitantes de los barrios con el objetivo de construir el nuevo poder, donde nuestros barrios sean la punta de lanza para la disputa por el mismo en las ciudades, siendo fuerza movilizadora y orientadora de la construcción del nuevo gobierno, con capacidad de mandatar a partir de asambleas populares el quehacer en nuestros territorios.
Elevar el nivel de conciencia de la población urbana que es el mayor porcentaje del país (cerca del 70%) alienada por el modo de producción capitalista, se requiere que diferente sectores que habitamos la ciudad, entendamos el papel político como sujetos urbanos.
¿Nuevas formas de hacer política y construir el nuevo poder desde los Barrios?
El nuevo poder y las nuevas formas de hacer política van de la mano, es precisamente las nuevas formas de hacer política que nos llevaran y garantizaran el nuevo poder.
El nuevo poder será el ejercicio político y cultural por parte del pueblo (no solo las organizaciones sociales) para definir el desarrollo económico, político, social, cultural, ambiental de la sociedad desde sus diversas formas de organización que conformaran los escenarios decisorios en los territorios.
Actualmente los movimientos sociales tenemos una incidencia mínima en los poderes locales de las Comunas y barrios, además de la falta de procesos de base que tracen planes estratégicos de cara a consolidar nuestro proyecto político, desarrollar y construir las nuevas formas de hacer política desde nuestras realidades urbanas.
En concreto, las nuevas formas de hacer política significa el desarrollo de nuestros quehaceres vinculando en todas las decisiones y acciones a las comunidades, de no ser así, las organizaciones serán vistas como fundaciones asistencialistas, grupos culturales y diferentes organizaciones que llegan a los barrios sin un sur político claro o con intereses politiqueros, grupos que la comunidad ve como externos a la dinámica del barrio. Nosotros debemos lograr que las barriadas se identifiquen, admiren, reconozcan y sobre todo se sumen a nuestras organizaciones, debemos vincularlas en cuestiones mínimas y macro.
Debemos dejar de engañarnos diciendo que incidimos en “X” sector por el hecho de tener presencia ahí, la incidencia va mucho más allá de vivir o reunirse en un lugar. El empoderamiento de los espacios es solo una parte de lo que podríamos llamar incidir, lo más necesario e importante es ser un referente para la comunidad, que nuestras definiciones sean escuchadas y ejecutadas por la mayor población posible.
Es una constante que nosotros, los organizadores, seamos los que evaluemos y analicemos la situación del barrio para posteriormente emprender acciones y exigir la solución; muchas veces también a partir de la generalidad, nace la hora de hacer la política de otra forma, necesitamos empoderar a los habitantes de las comunas de voz y voto, y más allá, de convicción por la defensa de su territorio.
La tarea inmediata es volcar todas nuestras fuerzas a planificar y ejecutar de cara a la comunidad, no de forma general, como gritándole al barrio. Debemos pensarnos en cada vecino, aprovechar las cualidades de cada persona en la que podamos incidir, además proyectar como difusores de nuestra propuesta a los tenderos, chanceros, comerciantes y demás personas que tengan la capacidad de interlocutar con vecinos.
Retos por vencer.
Para nadie es un secreto que la cultura en nuestro país está permeada por los más violentos vicios propios de la sociedad capitalista, como los son el conformismo, chisme, la cultura mafiosa, la intolerancia y el sexismo. Esto complejiza mucho más nuestro objetivo, pues dificulta generar organización para el desarrollo de las tareas necesarias para la construcción de ese añorado nuevo poder.
Es ahí justamente donde debemos halar el gatillo para disparar nuestras ideas en contra de la ideología dominante, nuestra creatividad, tesón y convicción deben romper las formas de convivencia a las que nos obliga el sistema actual. No permitamos que la pena, el miedo o la falta de iniciativa detengan nuestra importante tarea, vamos a trabajar a partir de lo existente en cada sector de incidencia. Entones, miremos, qué podemos hacer si por ejemplo, los vecinos no se pueden ni ver para hablar de los problemas de la cuadra. Pueden ser posibles soluciones a dichas realidades de micro-conflictos realizar una encuesta puerta a puerta que concluya en un mandato que recoja las problemática de infraestructura, servicios básicos y convivencia en la que se construyan exigencias que nosotros deberemos llevar a la escena local para que sean resueltas en el caso de infraestructura y derechos básicos. En el tema de la convivencia, construir recomendaciones en la que cada vecino al leerlas se sienta constructor de lo que leyó. Lo anterior es solo un ejemplo de las cientos de formas de accionar para empezar a dar la disputa política e ideológica, además de legitimarnos y muy seguramente mejorar las condiciones del barrio y la organización.
Se presenta que muchos barrios populares no son precisamente lo que tenemos en el imaginario, no todas las comunas están plagadas de hambre y miseria, en muchos casos los habitantes tienen resueltas las necesidades básicas como la alimentación, empleo, agua y energía, situación que genera conformismos y actitudes pequeño-burguesas en las que la gente cree que no está siendo explotada o víctima del evidente conflicto social, lo que dificulta la tarea de generar reivindicaciones propias en dichos territorios. En este caso se pueden hacer actividades que generen conciencia del gran conflicto del país. Debemos lograr que entiendan que necesitamos condiciones óptimas para el buen vivir, tenemos la tarea de aterrizar el debate de la crisis del capitalismo y la gran brecha de desigualdad existente, concienciar a los habitantes de la urbe sobre las problemáticas de la nación que habita, mostrar la realidad de otros sectores y espacios del país para sensibilizar y concienciar a dichas personas.
Otro elemento que se puede evidenciar en las barriadas es la venta y consumo de “vicio”, eso es una constante en la mayoría de barrios, este fenómeno desvía la atención del gobierno e incluso de los mismos habitantes, que muchas veces ven como el problema más grande del barrio la violencia y decadencia en la juventud, dejando como responsable a esos micro o macro tráficos. Y sí, ¿Quién dice que ese no es el problema que más afecta el barrio? , frente a este tema, nuestra tarea es generar espacios alternativos para la niñez y la juventud, buscar la salida inmediata a la problemática a la par que reivindiquemos y agitemos este fenómeno como resultado de la violencia política ejercida contra la sociedad civil.
La violencia política es una fuerza que se refleja en el tejido social de las comunidades, el gobierno nos da solo dos cosas: olvido o políticas para beneficiar a la élite económica y política de la urbe. Un ejemplo de eso es el POT (Plan de Ordenamiento Territorial) de Cali o las Mega Obras, cuyo eje central es el desarrollo en infraestructura, vivienda de interés social, y grandes apartamentos en la periferia de la ciudad, impulsando así el crecimiento económico no de la comunidad, sino de gremios específicos del mercado y políticos beneficiados por aprobar estos proyectos.
Las políticas públicas y proyectos gubernamentales solo se preocupan por cómo se ve y el buen nombre de la ciudad a la luz de otros municipios, departamentos o países. La juventud, niñez y pueblo en general hemos sido olvidados, el olvido a los barrios, la falta de acceso a la educación, salud y empleos traen como consecuencia la violencia y consumo de drogas en nuestros territorios.
¿Transformar para Vencer o seguir así para Resistir?
La tarea difícil es crear la táctica y estrategia para que la comunidad entienda que el cambio está en nuestras manos, no precisamente necesitamos de profesionales de la política en cargos públicos para empezar a ejercer la transformación de nuestro entorno.
La tarea es compleja, implica para muchas de nuestras organizaciones transformar las formas en las que venimos trabajando, desarrollar un gran despliegue organizativo, pero nadie dijo que esto iba a ser fácil, estamos peleando por lo que nos robaron, nuestro sueño no tiene límites, vamos por la paz con justicia social, vamos por nuestros derechos.
En resumen, debemos tener en cuenta varios objetivos especificos, que a mi criterio considero imprescindibles para vencer con todos los retos que se presenten:
Planear a partir de un riguroso análisis del entorno y formas de relacionarse en las zonas.
Construir y desarrollar iniciativas que legitimen la organización en las comunidades.
Evaluar constantemente la táctica que se defina para adelantar las tareas que se tiene, siempre pensar como vecino y con los vecinos. Contextualización.
Aterrizar en clave de barrio cualquier objetivo, tesis o propuesta que se piense desarrollar.
Participar de cualquier decisión que se tome para que goce de legitimidad y así mismo se cumplan de manera adecuadas.
Impulsar las Asambleas Populares.
Generar formas de economía alternativa y solidaria para las organizaciones y la comunidad.
No sufrir de vergüenza, siempre será más grande el sueño por un mundo justo.
Nadie dijo que este camino sería fácil, pero valdrá la alegría.