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Las perdidas individuales son antagónicas al juego de la pecosa.

Leo Messi renuncio a la selección Argentina tras la caída de la albiceleste ante Chile en la Copa América centenario que se realizó en los Estados Unidos; el crack Argentino con llanto, vio pasar el cuarto título que ha perdido con su selección desde el año 2007 en el que disputaron la final de la Copa América en Venezuela contra la selección de Brasil. final que la albiceleste perdió ante el que se podría llamar el último gran equipo de la selección brasilera en la primera década del siglo XXI.

Las siguientes finales disputadas por Messi, con su selección nacional también terminarían en derrota, y las críticas al seis veces ganador del balón de oro no esperarían, puesto que el rosarino, ha demostrado en el Barcelona FC, ser un campeón independientemente de las adversidades deportivas que se le pongan en frente.


Estas duras críticas a Leo tienen un responsable directo, el degradante fútbol moderno que esclavista en lo publicitario como en lo deportivo a los jugadores de fútbol y es quien está en la vanguardia de los comentarios peyorativos y los insultos en y fuera del campo de juego; acto que repudiamos pues estos imponen modelos de juego que sobrepasan el deporte y se ponen a los pies del mercado.


Lo de Messi es comprensible, su declive de la selección nacional de Argentina, puede ser una respuesta a esta forma en que la prensa y el negocio futbolero, están degradando al deportista; nosotros como apasionados del fútbol no debemos caer en este sucio juego en que los negociantes del deporte nos quieren inmiscuir.


Muchos hemos vivido finales como hinchas de los colores nacionales o locales y como jugadores de barrio, pero por perderlas no somos pecho fríos, como quieren muchos periodistas amarillistas y falsos hinchas ver al diez de la albiceleste. El juego es de once jugadores contra once y las pérdidas son colectivas, en el fútbol no deben existir perdidas individuales eso es antagónico al juego de la pecosa.


La decisión de volver o no a vestir la camiseta de la selección Argentina quedara en Messi, pero lo que si nos debemos cuestionar nosotros los apasionados al fútbol, es porque se ha perdido la pasión, el amor a los colores y al deporte, los triunfos son momentáneos, las victorias diarias en la cancha del barrio o las celebradas desde la popular son mucho más duraderas y sabrosas, no caigamos en su sucio juego del mercado deportivo, bien lo diría Diego " la pelota no se mancha".


@HaroldGarcia95

Noticiero Barrio Adentro
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