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De religiosos a Paramilitares

Para nadie es ajeno que la Iglesia católica ha sido un actor clave en la configuración del Estado colombiano, solo basta ver las constituciones políticas, el himno nacional, el escudo insignia de la policía con su ¨Dios y Patria¨, la educación y las universidades que han formado los letrados de este país, de igual manera muchas de las instituciones estatales han estado marcada por la religión y la iglesia católica, hoy por ejemplo vemos claro este vínculo con las acciones del señor Procurador de la Nación el cual ha juzgado ¨inquisicitoriamente¨ desde su Abadía institucional, a todo aquel que se aleja de su doctrina católica conservadora y capitalista. De igual forma, es claro para nosotros que muchas de las toma de decisiones políticas de este país que involucran proyectos de índole nacional no pueden realizarse contrariando los sentimientos religiosos y sin la colaboración de la iglesia católica. Solo es necesario echar una mirada a la historia.

En el mes de Mayo del presente año la Pacific School of Religion (Berckeley, California) entregó un informe trascendental a la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, -informe que se dio a conocer recientemente- en la cual, dicha escuela de estudio demuestra de manera convincente desde un análisis histórico nada alejado de la realidad; las implicaciones de la iglesia católica en la dinamización del conflicto armado, político y social en este largo proceso de consolidación del Estado colombiano.


Este informe apunta en primera medida en demostrar el protagonismo despiadado que ha tenido la Iglesia en la promoción y justificación de la violencia en Colombia, sus vínculos con los sectores de poder que aboga y defiende, asimismo de la forma doctrinaria de institucionalización ideológica que imprime a la sociedad colombiana la cual ha conducido directamente y sin amparo consiente a la generación de mucha más violencia y represión al pueblo colombiano.


El documento realizado desde este centro de estudio Norteamérico, es la prueba fehaciente de la participación de la iglesia en la acentuación y desarrollo de la violencia, especialmente la allegada desde los aparatos de represión Estatal y ¨paraestatales¨. Es la evidencia clara de los indicios de la vergonzosa vinculación de algunos miembros de la iglesia católica con el Paramilitarismo, el narcotráfico, la vinculación directa de asesinatos contra miembros de las mismas congregaciones eclesiales cercanos a la Teología de la Liberación que pensaron una iglesia diferente y muchos caso más donde se vio involucrada la mano oscura de los hombres de fe.


Hoy, el documento ha comenzado a generar controversia en las jerarquías eclesiales locales y en los círculos académicos, ya que presenta unos casos muy llamativos para la indagación, el estudio y lógicamente para el esclarecimiento de las verdades que ha intentado ocultar la iglesia y el Estado en cuanto al fenómeno del paramilitarismo como política de estado, lógica política que fue impulsada y motivada en bases a una moral anticomunista por la iglesia. Es pues un documento que pretende ser una contribución a la búsqueda de la verdad.


Esencialmente este insumo para la comisión del esclarecimiento de la verdad está compuesto por documentos oficiales de la iglesia y testimonios de personas vinculadas directamente con las estructuras violentas de la iglesia. Son más de 40 casos claves que demuestran la complicidad de algunos sacerdotes y obispos con la profundización de la violencia, en actos directo de señalamientos e instigando a la represión y a la violencias contra todas aquellas personas allegadas al socialismos y al comunismo, son casos específicos que demuestran el vínculo oscuro que tienen algunos clérigos con sectores del poder político y económico, militares y paramilitares. En su estructura el informe está basado y sustentados en cartas, circulares, pronunciamientos y declaraciones del episcopado colombiano e intervenciones públicas de 21 obispos, junto con 20 casos con estructuras paramilitares, y 3 casos de entornos eclesiales completos ligados con paramilitares y narcotraficantes que ilustran la responsabilidad de la iglesia católica en la violencia en Colombia.


La publicación nos invita a problematizar primeramenteel papel de la iglesia como actor ideológico en la profundización de la violencia y segundo, entender a una iglesia desdibujada y victimaria, interesada en el poder, en hacer alianza perversas, haciendo más política que evangelizando y construyendo una iglesia alejadas de dios, con pisos de mármol, paredes de oro y oleos pintados con la sangre deinocentes y construida en tierras arrebatas a los campesinos, homicida de estudiantes, de religiosos populares, de muchos otros Camilos y de muchos más Manueles.


Sin duda este informa es una oportunidad para entrarnos en un nuevo debate abierto sobre el fenómeno del paramilitarismo, los actores, los cómplices y las víctimas, hoy metemos en la baraja del análisis a otros que antes estaban ocultos, como aquellos que evangelizaban desde el temor, el odio y la estigmatización. Y por último creemos que para aportar a una paz estable y duradera debemos esclarecer las verdades a medias voces como estas, y que la iglesia católica como una institución social debe reconocer sus errores y sus complacencias con los actores armados, tienen que revisar sus acción para con el estamento, pedir en acto público disculpa y aportarle al proceso desde un actor participativo en la construcción de la paz en Colombia.


LEER: https://evangelizadorasdelosapostoles.files.wordpress.com/2016/06/casos-v5.pdf

Noticiero Barrio Adentro
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