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Lo que le falto al compañero presidente

Cuando llega el 11 de septiembre, todos hablamos de Allende. De cuando el cobre pertenecía al pueblo y la vía electoral por primera vez en nuestro continente, había sido funcional para gestar los cambios estructurales necesarios en la construcción una sociedad socialista.


Ver las imágenes de Allende celebrando la victoria en 1970, rodeado del pueblo y diciéndole “hoy nos vamos de esta plaza porque mañana inicia un nuevo rumbo en la historia de Chile”, alegra y pone a su vez nostálgicos no sólo a los chilenos sino también a los latinoamericanos que quisiéramos tener de compañero a nuestro presidente.


Salvador Allende vence en las elecciones de 1970, tras haber sido candidato a la presidencia de Chile tres veces antes. El fortalecimiento de escenarios de unidad fue lo que llevó a conformar la Unidad Popular, dónde confluían los partidos y movimientos chilenos de izquierda; entre ellos las tres fuerzas más importantes del país, el Partido Comunista, el Partido Socialista y el Mapu - Movimiento de Acción Popular Unitaria-. La vía chilena, como se le conocía a la forma en que se había accedido al poder en Chile, daría ejemplo en el continente.


La vía Chilena duró tres años, pues el 11 de septiembre cayó el golpe gorila contra Allende y la Unidad Popular, ¿Qué pasó? , ¿El pueblo por qué no defendió la moneda?, ¿Compañero presidente por qué tiene un fusil en sus manos?


Hablar del golpe suena algo repetitivo, ver la moneda bombardeada ha sido el símbolo más concreto de la destrucción de la democracia por parte del fascismo militar y estadounidense. En estas líneas se tratara de hablar de lo que le faltó al compañero presidente Salvador Allende en los años de la vía chilena.


Una cosa es gobernar y otra es la toma del poder.


Cuando por asalto y sin armas llegaron los barbudos chilenos a tomarse la moneda, cuando los fusiles se cambiaron por maletines ejecutivos y no se apretó el gatillo contra ningún general anti patriota, sino por el contrario eliminaron al más patriota de estos -René Schneider- inició la nueva forma latinoamericana de acceder al socialismo, la vía electoral, lo que llamaremos la vía Chilena.


Con unas elecciones muy parejas con la coalición del partido nacional y democracia radical, Salvador Allende sacó una mayoría relativa sobre Jorge Alessandri, lo que obligó al congreso a determinar en votación quién sería el próximo presidente de Chile. El 24 de octubre Salvador Allende fue proclamado presidente de la república de Chile por el partido de la Unidad Popular.


En el primer año de gobierno la legitimidad se vio respaldada en las elecciones municipales en donde obtuvo el 50 % de la votación. Con la gente a su lado, Allende nacionalizó el cobre, el producto de exportación más importante en Chile, y junto a ello vino la arremetida fascista de los Estados Unidos. El desabastecimiento de productos alimentarios, el paro de trasportistas, el bloqueo patronal de la industria, la movilización de la oligarquía y las capas medias engañadas que dejarían el país polarizado y dividido fueron algunas de las tensiones de la época


A pesar de la situación franqueable desde todos los puntos, los obreros a través de la organización popular lograron retomar las fábricas, construir nuevos camiones y volver a movilizar al país. ¿Qué le faltó en ésta situación al compañero Allende? Tal vez fomentar por medio de una decisión de estado que se fortalecieran los recién creados cordones industriales e iniciar la nacionalización de la industria chilena, haciendo ilegítimo el paro patronal, dado a que generaba hambruna y desabastecimiento a nivel nacional.


¿Qué pasó? Como presidente de la república Allende pudo ilegitimar el paro e iniciar el fortalecimiento de los cordones obreros industriales y con la ayuda de Cuba y la Unión Soviética potencializar la producción agrícola. Para eso Fidel duró varios días recorriendo Chile, limando asperezas y reconstruyendo de nuevo las relaciones internacionales, rotas y debilitadas en el gobierno de Frei.


Allende haciendo caso omiso a las peticiones de los trabajadores de capturar a los patrones y reorganizar nuevamente la producción industrial; negoció con los transportistas, con los industriales y con las transnacionales. ¿Qué cambió? El desabastecimiento continuó, la movilización violenta de los sectores reaccionarios al proceso se acrecentó y los paros cada vez se hicieron más continuos. Allende no sólo negoció con éstos sino que permitió que ganaran legitimidad política, dio avales de corte reformista a la democracia cristiana y no apoyó las iniciativas organizativas de los obreros.


Estás contradicciones en la vía chilena, generaron confusión en la población y así, más polarización. Los sectores populares por su parte confundidos con las decisiones conciliadoras de Allende, impusieron un apoyo crítico al gobierno de la Unidad Popular, en particular los sectores organizados con el MIR -Movimiento de Izquierda Revolucionaria- , esta situación llevó incluso a la represión de la movilización campesina, obrera e industrial, que le exigía a Allende cambios profundos y en temas fundamentales como el agro la vivienda y la industria, los vicios del Partido Comunista y el Partido Socialista, rodearon de burocracia el gobierno de la Unidad Popular e hicieron del centrismo la forma más hábil para gobernar.


En reiteradas ocasiones Allende tuvo conocimiento por parte especialmente del MIR, de las acciones de golpe que los Estados Unidos y los militares estarían fraguando para junio y agosto de 1973. ¿Qué hizo Allende ante esto? Legitimó públicamente a las fuerzas militares y le dio potestad y apoyo a Pinochet ante las tropas.


Ya Fidel en su visita a Chile advertía a Allende de la necesidad de cambiar los mandos de las fuerzas militares y de fortalecer los aparatos armados del pueblo, para posibles intentos de golpe de estado; las únicas armas que Allende le dejo a su pueblo fueron algunas sub-ametralladoras que entregó al Grupo de Amigos Personales, como se les llamaba a los guardaespaldas presidenciales que pertenecían al Mir en su mayoría, cuenta Max Marambio en su libro Las armas de ayer.


Miguel Enriquez por su parte, siempre le pidió a Salvador avanzar en la política de gobiernos locales de carácter popular, que no estuviesen velados por los vicios burocráticos del PC y el PS, quiénes acaparaban toda la política de la Unidad Popular, además de insistir en que se pudieran armar los fundos, las poblaciones, fábricas y liceos, es decir avanzar en la defensa armada de los sectores populares y fortalecer así mismo los gobiernos autónomos de los poderes del estado.


A ello Allende se negó rotundamente, pues en su praxis no avizoraba la necesidad de armar al pueblo en su defensa, ya que en su visión legalista la defensa armada del pueblo se encontraba en las fuerzas militares, craso error del compañero presidente, pues estas serían como veríamos en septiembre las que destruirán la democracia y con ella, los sueños del pueblo que construía el Chile socialista.


Bien lo decíamos anteriormente, una cosa es gobernar y otra es la toma del poder, estos fueron algunos de los desaciertos del gobierno de Salvador Allende y de la Unidad Popular, un pueblo al que no se le garantizó una política militar eficaz y popular. Fueron más de treinta mil asesinados por los gorilas, todo por una vía chilena que no supo gobernar para la toma del poder.


Las palabras de Allende en su discurso final en radio Magallanes fueron fulminantes y reflexivas sobre esto, demostró que sus debilidades legales y de por sí legítimas, fueron las que le acentuaron con tanta crudeza el golpe, Allende terminó peleando con un fusil que Fidel le habría regalado. Otro gallo cantaría si el compañero presidente hubiese hecho lo mismo con su pueblo.

Noticiero Barrio Adentro
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