HIP HOP AL PARQUE 2016 (I): Nada fuera de lo normal
Lo más sobresaliente que ha dejado la edición número 20 del Festival Hip Hop al Parque es el controvertido y amarillista álbum fotográfico de Noisey, las críticas por el “Jalea” de la Mala Rodríguez, las quejas de siempre acerca del cartel por parte del público y, por fortuna, cero muertos. Nada más. Nada fuera de lo normal.
Frente a la polémica desatada por las fotos que publicó dicho medio sobre la “pasarela de moda” que hubo en el festival, se reafirma una vez más que el show mediático que se le da a Hip Hop al Parque, por lo general, radica en la estigmatización y discriminación de sus asistentes, reproduciendo el terror en la sociedad bogotana cuando la fecha del evento se avecina. Poco o nada se habla en los grandes medios de la trayectoria y el talante de los invitados internacionales, de la ardua carrera musical de los artistas nacionales, de la destreza y éxito de las agrupaciones nacionales y extranjeras de breakdance o de las maravillosas piezas gráficas de los grafiteros y grafiteras que plasman en espacios autorizados por la Alcaldía Mayor de Bogotá. Por eso, queda claro que la tarea de combatir el estigma que pesa sobre el Hip hop colombiano es tarea propia: de los medios de comunicación propios de la cultura, de los consumidores y espectadores, de los productores y empresarios de la industria hip-hop, de los artistas. Las críticas por el “perreo” de la Mala Rodríguez y por el cartel “tan flojo” de esta versión del Festival, tienen algo de razón pero también se equivocan. Es cierto que la Mala no era la artista más indicada e idónea para cerrar el primer día de los 20 años de Hip Hop al Parque, sobre todo si se le compara con Rxnde Akozta que fue el encargado de cerrar el primer día de la edición 2015. Ese contraste de artistas evidencia una vez más el cambio de administración y el poco interés que tiene la actual alcaldía por la cultura y específicamente por el Hip hop. Pero la controversia no puede tener como epicentro que la artista ibérica haya puesto una pista de reggaetón: eso sólo demuestra una vez más el purismo y la ortodoxia de los oídos de la escena bogotana, ignorante de que el hip-hop tiene fuertes lazos con los ritmos afrocaribeños; dudo también que quienes critican el alto contenido sexual de las letras de la Mala tengan la autoridad moral para hacerlo, cuando en el rap encontramos canciones aún más explícitas en lo erótico y cuando uno puede encontrar a cualquiera de esos defensores de la moral “sandungueando” reggaetón o dancehall a la 1 de la mañana, con las intenciones más sexuales sobre su pareja de baile.
Las quejas por el cartel son otro cuento bien complicado. Claro que nos merecíamos el mejor cartel con motivo del 20° aniversario de Hip Hop al Parque, pero los incidentes en ediciones pasadas así como la errónea elección de Enrique Peñalosa como alcalde de Bogotá, subieron el costo que tenía que pagar la escena hip-hop de la ciudad este año. Fue triste ver cómo en años pasados Dj Premier, Boot Camp Clik, Ghostface Killah, Public Enemy y otros legendarios artistas internacionales tuvieron que dar su espectáculo con la mitad del público promedio que había asistido en el transcurso del día, o peor, con riñas entre los asistentes, algunas con arma blanca. Además, encuentro una contradicción adicional: a esos que escuchamos decir todo el año “Apoye el Rap Nacional” y que reniegan sobre los eventos de artistas extranjeros, son los que sólo esperan que el cartel de Hip Hop al Parque lo salven los internacionales y no rescatan la calidad y altura de los ganadores distritales o de los invitados nacionales. Esos que se sólo se fijan en el show de la Mala o de Talib, al parecer no madrugaron a ver a Merchan MCH, a Voces Presas o a Anónimo Pacto; se perdieron del gran show de Alex Purry o la gran entrega de Unexpected Boomz (que definitivamente no merecían abrir con tan poco público el domingo), no pudieron ver la estupenda puesta en escena de Rastro Mc & The Smokers o la exitosa combinación de rap y ritmos afrocolombianos de Kombilesa Mi. Si hablamos de apoyar el rap nacional eso no puede ser una frase de cajón para cuando estamos vendiendo nuestro cd y queremos que lo compren, es porque de verdad nos lo creemos y lo practicamos cotidianamente. Para concluir, tengo que señalar otro problema de fondo: el Festival Hip Hop al Parque es de Hip hop, valga la redundancia. No es sólo de rap y mc’s, también es de breakdance y por eso tiene excelentes batallas, como la final de este año en la que se coronó México tras vencer a Italia; también es de dj’s y tornamesismo, y por eso tuvimos grandes exposiciones por parte de Dj Diex, Dj Dig Martin, Dj SoftKiller y por supuesto del eminente Dj Qbert, sin contar los dj’s que acompañaron a cada artista en su presentación; también es de graffiti y por eso se realizaron grandes piezas en dos vallas ubicadas a cada lado de la plazoleta de eventos del Parque Simón Bolívar, así como en varios paraderos de autobús aledaños al Parque; también es un festival que desarrolla el quinto elemento, el conocimiento, y por eso tiene un componente académico que sigue su cronograma de actividades hasta finales del mes de octubre. Hay muchos elementos que se quedan por fuera en este artículo y por eso, con el ánimo de que el debate en torno al Festival no se acabe a los ocho días, entregaremos otras dos partes de esta editorial. Además, hacemos nuevamente un llamado a todo el movimiento Hip hop a la unidad de acción, la madurez política, el fortalecimiento de los procesos educativos y la profesionalización del trabajo, para que podamos seguir avanzando con éxito en contra de la corriente.