Ciudad Bolívar: el drama de Casa Loma
Por violencia generada por el control del microtráfico, jóvenes convocan a una toma territorial por la paz.
La escuela de formación deportiva Estrellas de Casa Loma se define como un colectivo de trabajo popular, comunitario y social, que desarrolla trabajos en ese barrio de la localidad Ciudad Bolívar. Desde mediados de 2015 este proceso se ha venido pensando un espacio recreo-deportivo para los jóvenes de este territorio por medio de la práctica del fútbol popular, concepto que se ha venido definiendo política y conceptualmente en el transcurso de las actividades formativas, académicas y sociales con el apoyo de otros colectivos y estudiantes de distintas universidades públicas y privadas del Distrito.
Para Estrellas de Casa Loma es importante aclarar que nuestro fútbol es popular, que éste es un proceso materializado por medio de la autogestión y que los valores que conforman la vértebra del mismo son: la paz, la solidaridad, el respeto, la unidad y, sobre todo, el compañerismo. Los jóvenes que hacen parte de esta escuela han construido un sentido de pertenencia con el territorio, observan en este proceso una oportunidad de aprovechamiento del tiempo libre, y sobre todo, han hecho del mismo el principal espacio en dónde organizar sus ideas, cualidades, capacidades y sueños. Y ¿cómo no hacerlo? Si el Estado no ofrece nada más para los marginados, deberán ser ellos mismos quienes generen reivindicación de sus derechos.
La comunidad de este sector es en su gran mayoría población víctima del conflicto social y armado que vive nuestro país, desplazados de sus tierras directamente por grupos armados, pero sobre todo, por la desigualdad social que tiene sumido a nuestro país en la miseria, por una clase política que ha empobrecido a las regiones por medio de la corrupción y que se materializa en situaciones violentas como las que hoy vive el barrio Casa Loma.
En el fin de semana del 12 al 14 de noviembre han sucedido dos casos alarmantes para nuestros integrantes y para la comunidad en general, que agreden las dinámicas sociales del barrio, alteran el funcionamiento de la escuela de fútbol y a su vez maltratan nuestro proceso de manera directa. Lo que podemos resumir en el control del territorio por el microtráfico, se puede definir en la frase que menciona Jacques Aprile-Gniset en su ponencia de la ciudad-refugio a la ciudad-mercancía, así: “La suma de penurias acumuladas desde décadas anteriores y aún sin resolver, lleva hoy a la degradación generalizada de la condición urbana”.
El sábado 12 de noviembre, durante el entrenamiento se escuchó un disparo en la parte de arriba del barrio y los jóvenes que se encontraban en la cancha se atemorizaron. Cuando al terminar el entrenamiento uno de los jóvenes deportistas, proveniente del municipio de Tumaco (Nariño), me dice: —Profe, yo ya estoy cansado de esto, yo ya viví esto en Tumaco para tener que estar arriesgándome a una bala perdida, no volveré más a entrenamientos acá.
Luego, el domingo 13 de noviembre, la situación pasó a otro plano cuando un tiroteo despertó la zozobra y angustia en los habitantes del sector y los jugadores que se encontraban en el entrenamiento de rutina. De manera inmediata se canceló el mismo y se envió a los jóvenes a sus casas. El miedo se apoderó de los jóvenes y el lunes 14 de noviembre no hubo entrenamiento debido a que los padres de familia sienten temor a que alguno de sus hijas e hijos puedan ser víctimas de una bala perdida.
Aquí es cuando se desmoronan con creces los sueños de un joven, cuando gana la frustración de no poder estar tranquilos; de no poder jugar; de no poder aprovechar el tiempo libre. Es allí cuando no hay garantía de vivir en paz.
Por ello llamamos a la solidaridad a todos los procesos que por medio del fútbol nos encontramos en la Liga de Fútbol Popular, a todas las organizaciones sociales y políticas amigas y cercanas a estos procesos barriales que cada fin de semana le apuestan a transformar las realidades de Colombia, a construir una Colombia en paz que exige igualdad y justicia social, a construir un país donde los derechos sean materializados sin recurrir a la violencia y que nuestros jóvenes no tengan como opción la delincuencia y el microtráfico que tanto daño nos hace.
Convocamos a organizar el próximo 26 de noviembre una toma territorial por la paz, en Casa Loma, donde compartamos con la comunidad un escenario de paz, que le hagamos entender a quienes por medio de la violencia imparten el miedo, que Estrellas de Casa Loma seguirá promoviendo el deporte como herramienta para la paz.