“Hace un tiempo perfecto para vivir un momento histórico”

foto: Noticiero Barrio Adentro

A partir de las 6 de la mañana del lunes 30 de enero Colombia fue testigo de lo que será recordado como uno de los momentos más importantes de los últimos años, pues desde distintos lugares del país, guerrilleros de los diferentes frentes y bloques de las FARC EP iniciaron la que denominaron como su última marcha.

Por todo el territorio nacional lanchas, camionetas y centenares de hombre recorrieron y recorren el camino que los llevará a las 26 Zonas Veredales de Transición y Normalización, espacio en donde iniciaran el proceso de dejación armas y su reincorporación a la vida civil, paso esencial para la construcción de paz.

Videos e imágenes de esta última marcha muestran la esperanza que invade a quienes durante años afrontaron la guerra y la persecución que se desataría tras el bombardeo a Marquetalia y Rio Chiquito y que solo vendría a finalizar 52 años después. En medio de la marcha, no se puede evitar ver los rostros de alegría de quienes ahora caminan a la posibilidad de una vida fuera de las armas en donde puedan hacer política abierta, reecontrarse con sus familias y pensar en su segunda oportunidad sobre esta tierra.

La esperanza se ha tomado Colombia, pues por todas esas zonas donde marchas como las que se viven hoy, antes rondaba la muerte y la tristeza, hoy camina la posibilidad de paz y de la vida de la mano de los hombre y mujeres de las FARC EP que van camino a asumir su compromiso con el fin de la guerra. Una marcha llena de ilusión por lo que se viene para todos los que caminan a esta hora por las diferentes zonas del país por última vez con un fusil al hombro.

De igual manera aquellos habitantes de la Colombia profunda, esa de la que casi no se habla en los grandes noticieros, han sido protagonistas de este momento histórico para el país, pues mediante actos simbólicos de agradecimiento, bienvenidas, despedidas y celebraciones muestran las esperanza que tienen en este proceso, pues es para ellos la posibilidad de vivir sin miedo a los bombardeos y persecuciones que trajo la guerra, pero además la oportunidad para que con la concreción de los acuerdos la realidad de sus territorios se transforme.

Sin embargo, el esperanzador paisaje que recorre las diferentes zonas de nuestro país, se ha visto opacado por el incumplimiento del gobierno nacional para cumplir con los compromisos adquiridos con la insurgencia en el marco de los acuerdos de paz, pues los más de seis mil guerrilleros que ya han ido arribando a las diferentes zonas verdales se han encontrado con el desolador paisaje de espacios inhabitables donde en muchos casos no se han iniciado las construcciones de la infraestructura necesaria para desarrollar el proceso de reincorporación y donde no tendrán donde descansar de la marcha más importante de sus vidas.

A pesar de lo anterior continúan las marchas por las diferentes montañas de Colombia, llevando consigo centenares de ilusiones, de sueños y de manos, que han demostrado no solo con este esfuerzo de llegar a lugares que aún no están listos para recibirlos sino con todas las acciones realizadas por la insurgencia, que están dispuestas a construir la paz.

Una paz que seguramente no será fácil construir si no se respetan los acuerdos desde lo más simple como la construcción de las Zonas Veredales con condiciones dignas para quienes han decidido apostarle a la paz, pero que tiene la seguridad de contar no solo esas miles de personas que llenan los caminos colombianos de esperanza y sueños sino de todos quienes desde distintos puntos del país hemos decididos sumarnos al compromiso más importante de nuestras vidas, la construcción de la paz con justicia social.