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Fútbol y derechos de las mujeres van de la mano


“La Nuestra es algo que nos llena de orgullo a todas las que pertenecemos. Nos llena de orgullo pertenecer, consideramos que eso es importantísimo, por la identidad colectiva, el sujeto colectivo, la lucha colectiva, todo por encima de los nombres propios. En el barrio este nombre cobró sentido, desde que estamos en Noviembre de 2007, acá se llenó de contenido, se hizo más ‘nuestra’ digamos”, así describe Mónica a la organización barrial que compone junto con otras compañeras en la Villa 31, en la que unifican el trabajo con perspectiva de género y la práctica de fútbol.

El fútbol como herramienta de empoderamiento, así viven las chicas de La Nuestra Fútbol femenino, su trabajo en La Villa 31 abre las puertas para que muchas mujeres puedan practicar su deporte sin ningún tipo de exclusión.

En esta sociedad patriarcal las mujeres en el mundo de los deportes siguen siendo invisibilizadas y mucho más en disciplinas de contacto. Con el tiempo van derribando prejuicios y estereotipos, y las normas que impone el patriarcado desde su misoginia: “cuando arrancamos teníamos la convicción de que servía todo esto, de que era una necesidad, no sé si pensamos que lo íbamos a lograr. Voy con la frase “donde hay una necesidad hay un derecho” y esa convicción la teníamos plena y también la plena convicción de que la organización vence al tiempo también. Si a eso le sumamos la militancia y el saber que se pueden transformar las cosas se va a ir dando. Es muy importante además afirmarnos en el lugar de igualdad en relación con las pibas porque si no las que no vivimos en el barrio y participamos del proyecto nos ponen en el lugar de asistencialismo o caridad y no se trata solo de ‘ir a jugar a la pelota con las pibas’, es más que solo eso, nos estamos empoderando todas.

Cuando habla de sus dirigidas es consciente de los obstáculos que tienen en el día a día y la estigmatización que sufren, pero la lucha no la pierden de vista ni un minuto: “se trata de sujetas de derecho y dispuestas a ejercer ese derecho. Estamos plantadas en un terreno de igualdad y eso es lo que da un poder genuino, auténtico”.

Uno de los sueños que tienen para que se continúe afirmando y multiplicando esta práctica es la creaciónde un club exclusivo de fútbol para mujeres: “necesitamos voluntad política a través de proyectos y algún espacio político que lo apoye, y lograr que un terreno sea cedido como pasó con los clubes de hombres hace más de cien años cuando se les cedían terrenos cerca de los ferrocarriles, así se fundó la historia de muchos de los grandes clubes de fútbol. No bajaremos los brazos ni un segundo pensando en eso y yo creo que es algo para lo que quizás no falte mucho tiempo, aunque en el terreno de lo concreto aún no tenemos nada sabemos que más temprano que tarde lo vamos a lograr”, concluye esta luchadora que forma parte de un espacio sumamente valioso para la construcción de la identidad, derechos y la práctica de fútbol para adolescentes y jóvenes.

Duros Comienzos

En país como Argentina, un país que respira fútbol, cuna de astros como Diego Armando Maradona y Lionel Messi, se pensaría que también tuviera una mujer o varias ¿por qué no? Teniendo una carrera exitosa en el fútbol, pero aun las garantías no están dadas para ello, por eso organizaciones como La Nuestra, abre el camino para vindicar los derechos de las mujeres a través del juego.

En La Villa 31, nació esta idea en noviembre de 2007, de la mano de Mónica Santino, exjugadora de fútbol y ahora entrenadora quien nos contó noviembre pasado “fue muy difícil hacernos a un lugar para entrenar, a pesar de tener los permisos para ocupar la cancha, los pibes del barrio no acataban la orden y se seguían metiendo a ella, otros desde afuera nos gritaban cosas y las chicas se sentían mal”.

Habían muchas prohibiciones, desde el mismo hogar las chicas no contaban con el apoyo familiar, por eso a través del fútbol La Nuestra pretende empoderar a las chicas, no solo para que jueguen fútbol, sino para que tomen sus decisiones con total libertad, que se sientan fuertes, queridas y apoyadas en todo momento.

Hoy tenemos la cancha, nos respetan el tiempo, nos apropiamos de un espacio y allí entrenamos, construimos ideales y formamos chicas, estamos creciendo.

¿Por qué hablar de identidades diversas cuando hablamos de fútbol?

Como mujeres que jugamos futbol, estamos atravesadas por discursos que continuamente cuestionan nuestros cuerpos y elecciones, por lo que elegimos y contestamos por el placer de jugar.

El fútbol como escenario donde los conceptos de feminidad y masculinidad son puestos en tensión y son potencialmente trascendidos, provee una gran plataforma para romper la categorización binaria de identidades. Es en este sentido que las luchas LGBTIQ así como las luchas de las mujeres en el fútbol, tratan de establecer una disputa sobre los sentidos imperantes.

Creemos que es de gran importancia empezar a articular las diferentes luchas y estrategias para debatir y cuestionar las múltiples causas y condicionamientos a las violencias a las que nos vemos expuestas.

MONICA SANDINO

Es periodista deportiva y directora técnica de la AFA y conduce a unas 60 chicas en total, entre adolescentes y adultas: madres, hijas y hermanas, que juegan pero también hablan de la violencia en el fútbol y también de la doméstica, la sexualidad y maternidad adolescente. Una labor que fue seleccionada por Nike como uno de los mejores proyectos sociales deportivos del mundo y que también quedó reflejada en el filme “Mujeres con pelotas”, que se verá en unos días en Rosario. Sí, Helena allá y Mónica acá son sólo dos mujeres que hace tiempo dejaron de ver los partidos desde la tele y detrás de los alambrados.

“El fútbol femenino en este contexto es una militancia. Reivindicar el derecho a jugar, al ocio es un hecho político sobre todo en las clases sociales excluidas. Las chicas de estos equipos están acostumbradas a quedarse en la casa realizando tareas domésticas y cuidando a sus hermanos o hijos para que sus parejas vayan a jugar el picadito, ahora pueden cambiar el puesto: ellas juegan y ellos se quedan con los chicos, en un gesto más equitativo”, analiza Santino. Fuente: http://www.lacapital.com.ar/monica-santino-ex-jugadora-y-pionera-dirigir-futbol-femenino-el-pais-n445767.html

“El fútbol es una herramienta maravillosa para construir ciudadanía, prevenir la violencia de género y generar lazos. No hay nada más hermoso que tirar paredes con una amiga, por eso está forma de trabajo nos ha dado resultados maravillosos”, dice ella. No dice. Hace. Y deja que hagan. Ella trabaja en la Villa 31 y en un predio –en Villa Martelli– de la Dirección de la Mujer de Vicente López.

Mónica inventó que patear para adelante era una de las maneras –no la única, pero sí, tal vez, la más original y movida– de sacar del lugar de chicas vulnerables, víctimas y sumisas, a las adolescentes.

Juliana Roman

Juliana Román Lozano (32) es colombiana, lleva más de dos décadas vinculada al fútbol. Es directora técnica nacional y entrenadora de niñas. Se formó en las inferiores de un club sueco. Fue convocada a la selección sub 19 de su país justo en el momento que había decidido venir a la Argentina. Aquí jugó un tiempo en AFA hasta que se le hicieron intolerables ciertas dinámicas de la institución. Integra junto a otras ex jugadoras y directoras técnicas La Asociación Civil La Nuestra Fútbol Femenino. Fuente: http://www.hoysejuegafem.com/entrenadora-de-futbol-femenino-dt-nacional-y-jugadora-de-futbol/

Mi experiencia con el fútbol en Argentina fue una gran desilusión. Pensé que venía al país futbolero donde iba a haber otra dinámica, otras facilidades, otra atención con el fútbol femenino y me llevé una gran sorpresa. Una gran discriminación.

Jugué en El Español un año, después San Telmo y luego Huracán. Allí jugábamos en horarios donde no teníamos luz, cancha sin arcos, con uniformes de varones y una lógica del funcionamiento que se traducía en el trato de segunda clase, que nosotras teníamos que estar agradecidas de que el club se dignaba a abrir una actividad de fútbol femenino. Nos estaban haciendo el favor, no había como una óptica del derecho. Era muy jodido habitar esos espacios.

En San Telmo conozco a Mónica Santino y me invita a pensar y armar una dinámica en la Villa 31 a través del fútbol femenino. Con todas estas vivencias, el territorio y mi experiencia de haber tenido el contraste de Suecia y Colombia y después Argentina, fui politizando la manera en que yo habitaba la práctica del fútbol y se me hicieron intolerables ciertas dinámicas que había en AFA. Lo que pasa ahora: el torneo empezaba tardísimo, suspendían todo el tiempo, el club no nos daba un mango, jamás una vianda, un viático. Que son cosas que tienen que estar. Fue un momento de encrucijada, estaba participando del grupo de la 31 como entrenadora y estaba jugando.

Tomé la decisión dolorosa de no jugar más en AFA como una declaración política hacia mí misma, porque a nadie le importa y no ser más parte de esa dinámica. Y sí construir con otro nivel de competitividad, con otras garantías, rescatando otros aspectos, si se quiere como de potencia revolucionaria que tiene el fútbol jugado por mujeres y mucho más en espacios de semejante vulnerabilidad como puede ser una villa.

Paula Botero, Juliana Román, Laura Gómez y Mónica Santino invitadas en el programa radial Charco de Arena,

espacio conducido por Paula Lorenzo en la emisora La Tribu 88.7, este seria el preámbulo al festival.

PyZ Pluz equipo de Bogotá de futsal fue invitado por Juliana para participar en el primer festival Latinoamericano La Nuestra “Mi Juego Mi Revolución” celebrado en buenos aires argentina entre el 25 y el 28 de noviembre.

Mi Juego, Mi Revolución

El primer festival internacional de fútbol femenino y derechos de las mujeres tuvo lugar en Buenos Aires, organizado por La Nuestra Fútbol femenino en asociación con “Discover Football” de Alemania.

El festival tuvo como objetivo generar un espacio de encuentro para las múltiples experiencias de las participantes en su articulación con el fútbol, los derechos de las mujeres y la equidad de géneros para, desde este marco, debatir estrategias para el fortalecimiento del fútbol femenino y para enfrentar los prejuicios y discriminaciones que lo atraviesan.

El torneo estuvo acompañado de talleres de reflexión y mesas de debate, con temáticas de discriminación y derechos de las mujeres; los retos concernientes a ser entrenadoras/directoras técnicas y las prácticas de futbol, derechos LGBTIQ y diversidad.


Noticiero Barrio Adentro
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