Ya son 26 los líderes sociales asesinados
Homenaje a militantes de la UP, líderes sociales y estudiantes asesinados. Ph: Juan David Lozano
Es alarmante esta cifra, más aún cuando se trata sólo de los caídos durante lo que va de 2017. De acuerdo a Marcha Patriótica (organización sociopolítica), se trata de una serie de asesinatos selectivos y sistemáticos en contra de integrantes de la organización, entre los que se encuentran sindicalistas, ambientalistas, activistas políticos, defensores de los derechos humanos, presidentes de juntas comunales y demás miembros. Presuntamente, las muertes son ejecutadas por agrupaciones de tipo paramilitar. Al respecto, en los primeros días de este año el ministro de defensa Luis Carlos Villegas dijo: “el paramilitarismo no existe”, y “decir que en Colombia hay paramilitarismo significaría otorgar un reconocimiento político a unos bandidos dedicados a la delincuencia común u organizada”. Esta pronunciación deja ver cómo el ministerio analiza la situación, y puede que esta postura sea perjudicial para el posconflicto, pues los líderes sentirán mayor inseguridad y temor a la hora de llevar a cabo sus labores referentes a la implementación del Acuerdo. El atentado más reciente se ejecutó contra Éder Cuetia Conda en Cauca, el asesinato fue a las 19 horas y según Marcha Patriótica, lo llevó a cabo un encapuchado quien disparó dos proyectiles de un revolver calibre 38 dirigidos hacía el lider. Otro caso reciente se dio en Mercaderes, Cauca, y la víctima fue Falver Cerón Gómez, cuya vida como líder en contra de la minería ilegal y presidente de la Junta de Acción Comunal de su corregimiento acabó cuando unos matones en motocicleta le propinaron más de 15 disparos de fusil. No se trata de una situación desconocida en el territorio colombiano; pues según un informe presentado por el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz, durante el 2016 fueron asesinados 117 líderes a lo largo y ancho del país, cabe resaltar que la mayoría de estos crímenes siguen en la impunidad, que allegados a las víctimas manifiestan que los asesinos están organizados, y que los atentados van dirigidos a personas específicas; se han llevado a cabo las denuncias pertinentes. Más allá de ser asesinatos comunes, estos han sido efectuados a personas que venían liderando procesos importantes e innovadores en sus comunidades, entre los cuales se encontraban: el apoyo a los acuerdos de La Habana, la lucha por la protección de la tierra, la organización sindical, la defensa de los derechos humanos de grupos vulnerados a lo largo de la historia, y demás actividades que alteran los intereses de grupos selectos como lo son las elites políticas, los terratenientes y en algunas ocasiones los narcotraficantes. Esto es un llamado contundente al estado para que empiece a aplicar las condiciones de seguridad estipuladas en el acuerdo con las FARC; pues para una paz estable y duradera es fundamental que no sigan muriendo líderes sociales, igualmente la aplicación de estas garantías supone la no repetición de exterminios a la oposición como el efectuado contra la Unión Patriótica durante los años 80´s y 90’s.