¿Vendrá en camino otro falso positivo judicial?

"Habrá que preguntarse hasta qué punto soy capaz de amar y de elegir entre la dignidad y la indignidad, de decir no, de desobedecer. Capaz de caminar con tus propias piernas, pensar con tu propia cabeza y sentir con el propio corazón en lugar de resignarte a pensar lo que te dicen."

Eduardo Galeano

Como mujeres, hijas, hermanas, compañeras y estudiantes del Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia, rechazamos rotundamente los actos ocurridos durante la noche del sábado 16 de junio en el Centro Comercial Andino; los rechazamos por considerarlos actos terroristas, tan terroristas como las constantes amenazas a los diferentes movimientos populares, el encarcelamiento a falsos positivos judiciales, la desaparición de campesinos y estudiantes, el asesinato de dirigentes sociales, la persecución al pensamiento crítico... el intento por desestabilizar la construcción de tan anhelada y necesaria paz en Colombia.

Así, pensar un país que camina hacia la paz nos habría de situar en un escenario local y nacional donde los estigmas, estereotipos y criminalizaciones, deberían encontrarse ya desbancadas o, al menos, en proceso de superación, pero no; en nuestro país, el país del Nobel de la Paz, el proceso de desarmar la palabra y desmontar las acciones que ponen en peligro la libertad y el pensamiento crítico, que día a día se construye en las universidades, sigue aún sin empezar. Entonces, no es de asombrarse que periódicos tan influyentes en el país disparen comentarios e hipótesis tanto apresuradas como irresponsables frente a la noticia y contra la universidad pública:

“Según investigaciones recientes, el MRP mantendría conexiones con miembros del ELN y con extremistas de la Universidad Nacional, según reportó el periódico colombiano El Tiempo”, quedó registrado en el portal infobae.com.

Tampoco son en vano las implicaciones políticas, jurídicas y sociales que este tipo de acusaciones tienen para nosotras: la comunidad universitaria.

Rechazamos y denunciamos públicamente estas falsas acusaciones porque nos representan fatídicas implicaciones, porque ayudan a construir falsos positivos judiciales, hechos que se han convertido en el comodín de la negligencia institucional y la manera más clara de estigmatización y persecución política a estudiantes de ciencias humanas y sociales en las universidades públicas del país. El caso más reciente es el de Mateo Gutiérrez, estudiante de sociología y nuestro compañero, un hombre a quien tras diferentes atentados en la ciudad de Bogotá, se le es elaborado un montaje judicial que en fin último buscó mostrar rápidamente resultados ante la opinión pública del atentado en la Macarena el día 19 de febrero del presente año; así, sin ser militante de ninguna organización política o social más allá del compromiso constante con la academia y la realidad social del país, Mateo es capturado injustamente el 23 de febrero.

Es por esto que nos resulta aterrador, porque ahora nosotras, como estudiantes, debemos mirarnos y preguntar, ¿vendrá en camino otro falso positivo judicial? ¿Le concernirá a nuestra Alma Mater y Departamento de Sociología, afrontar una vez más la criminalización que busca atacar nuestras libertades? Lo rechazamos, rechazamos que se nos estigmatice, se nos encarcele y asesine, defendemos nuestro Departamento porque es lo que hemos construido durante años, porque es el espacio que de una u otra manera se ha preocupado por el país, el país donde cientos de bombas han inundado los campos y al común denominador no le ha importado.

Hoy, rechazamos todas las posiciones desde las cuales se atenta contra la paz; denunciamos la institucionalidad que criminaliza la juventud y encarcela ideas; nos oponemos a los disparos de aquellos sectores que se desgastan con sus desfasadas apuestas de guerra, guerra contra el pueblo y por el dinero; y por supuesto, pedimos cese al fuego, un alto a las balas de sangre que dispara ese periodismo tendencioso y mediocre al que nunca nos acostumbraremos y el cual jamás nos parecerá “normal”. Y ¡NO! no somos terroristas, ni ponebombas, tampoco delincuentes o guerrilleras, somos estudiantes, somos críticas, somos el resultado de un sin fin de ideas y posiciones frente a la paz y contra la guerra.

Por un lado, asumimos el estudio de la guerra por la necesidad que guarda en la búsqueda ética y política de no repetición de errores y de la historia como comedia, por otro, construimos la paz con sus mil actores e infinitos retos, lo hacemos por compromiso, porque la responsabilidad de asumir el reto histórico de consolidación de una paz digna alude también a la academia, una academia crítica, política, doliente y sentipensante, una academia desde la cual recordamos a los que ya no están, pero siguen ahí: a nuestros profesores, nuestros compañeros, nuestros amigos, a los presos políticos, los que asesinaron, los estudiantes muertos, la sociedad desaparecida; a los que estuvieron y a los que vendrán, a todos los recordamos y recordaremos porque es gracias a ellos que seguimos y seguiremos gritando y construyendo ¡paz con justicia social!

Hagamos memoria

“Hacia las tres de la tarde de ayer corrían dos estudiantes en medio del pánico general que cundía en la U. Buscaba un sitio de protección y detrás de ellos un piquete de uniformados y tres civiles dispararon a quemarropa a un estudiante que huía (...) La policía, al levantar el cuerpo del abaleado, le puso en el rostro una capucha del M-19 que la propia policía portaba. Esto fue presenciado por aproximadamente unas 50 personas que a esa hora se escondían en Sociología”

16 de mayo, 1984**

*Estudiantes de sociología, Universidad Nacional de Colombia.

**https://www.desdeabajo.info/ediciones/item/4521-universidad-nacional-tiempos-turbulentos.html

Articulo tomado de Elespectador.com, jueves 22 de junio 2017

ver en: http://www.elespectador.com/opinion/vendra-en-camino-otro-falso-positivo-judicial-columna-699677

Foto: colombiasoberanalavozdelosoprimidos.blogspot