Segundo cumpleaños escuela popular de microfútbol Gestores de paz potosí
En Potosí, un barrio en la parte alta de Ciudad Bolívar donde se han vivenciado los estragos ambientales y sociales de la minería a cielo abierto, el paramilitarismo urbano (bacrim), la ausencia del estado y el asesinato sistemático de nuestros jóvenes; un grupo de niños, niñas y jóvenes le apuestan a la construcción de paz desde talleres los sábados y fútbol popular los domingos.
El 1 de Julio de 2018 muy temprano de la mañana (8:00 am), los y las profesores de la escuela popular de microfútbol Gestores de Paz Potosí, llegaban con sus tulas de trabajo con conos, balones, petos y las mallas para adecuar las canchas dobles del barrio, mientras los y las mentoras (profesores de los talleres los sábados) empezaban a avivar el fuego de la olla comunitaria en donde todos y todas estaban invitados a pelar la papa, yuca, plátano, cebolla, cilantro y otros ingredientes que potencializaban el almuerzo, a esta tarea se sumó el amor de algunas madres de los futbolistas populares, en donde con las sonrisas y comentarios se evidenciaba la alegría de celebrar el segundo cumpleaños de la escuela de microfútbol y la emoción de ver los niños y niñas ansiosos calentando para saltar al terreno de juego para divertirse.
Al recordar un poco la historia del nacimiento de la escuela de microfútbol, evoca en los profesores bonitos recuerdos y el significado de la educación popular: en unos talleres de los sábados, al plantear el dialogo con los niños y niñas junto a los profesores o mentores, los primeros propusieron como espacio alternativo un lugar donde pudieran jugar fútbol, donde no les cobrarán y pudieran jugar con otras escuelas y campeonatos. Y efectivamente se empezó a gestar con un balón los días domingo de julio del 2016, la escuela de microfútbol popular donde un solo profesor entrenaba a casi 100 niños y niñas. Con el tiempo este proyecto empezó a tomar las bases y fuerzas para consolidarse como la escuela de microfútbol popular Gestores de paz Potosí, al punto de contar y entrar con tres profesores en cuatro categorías a la segunda edición de la liga popular “Del Barrio A La Academia”, llegando a semifinales en algunas categorías construyendo equidad de género, memoria, educación popular y valores. Actualmente continua participando en la tercera edición de la liga junto a todas las categorías y llegando a semifinales.
A medida que transcurría el día y las emociones de las familias con la comunidad se expresaban en las barras de los equipos, se estampaban camisetas, se vendían boletas de una tómbola y se finiquitaba el sancocho del almuerzo. Una deliciosa sopa esperaba a la una de la tarde a los y las jugadoras de cada equipo y escuelas presentes, algunos y algunas cansadas de jugar, otras y otros esperando impacientemente su turno. Al llegar al lugar de la olla algunas mamas los recibían con una sonrisa que reflejaba el amor y paciencia que tienen nuestras progenitoras.
Después de reutilizar algunos platos y repetir sancocho, se sentía la presión en los partidos porque se estaba llegando a la final de los campeonatos en cada categoría. Los padres y madres gritando el nombre de sus hijos, y los niños y niñas jugando emocionados como si fuera el gran partido de sus vidas y divagando sobre el premio al equipo ganador.
Estos últimos partidos demostraban la igualdad de condiciones que tenían los niños y las niñas al jugar, también que a pesar de la presión que tenían por estar en la final, el equipo contrario era un amigo y por ende no se aceptaba ningún tipo de violencia dentro de la cancha. Además reflejaban la disciplina del entrenamiento de sus escuelas y la emoción de sus profesores al gritar.
Una vez acabada las finales entre risas y algunas lágrimas, se celebraba el triunfo de los campeones del tornero relámpago, entendiendo que todos ganaron por haber jugado y divertirse. Los anfitriones (Escuela popular de microfútbol Gestores de paz), en algunas categorías premiaron con libros para incentivar la lectura en las vacaciones y en otras daban unos diplomas. Jugó la tómbola y se dio el premio al ganador correspondiente.
En el ocaso del atardecer, mientras el sol daba espacio a la luna de brillar en los cielos, los anfitriones limpiaban la cancha, bajaban las mallas y pendones y terminaban la jornada con una sonrisa inmensa en la cara. Se notaba el cansancio en los profes y la emoción en los niños y niñas pero prevalecía la felicidad de que se había cumplido el objetivo: celebrar el cumpleaños de la escuela de microfútbol.
¡Por un hoy y un mañana diferente, con justicia social,
Ambiental e incluyente. Gestores de Paz!
Escrito por: Juan Ortega
Fotos tomadas por: Jeyson Bernal Y Edna Higuera
Colectivo Al Timon